Seguidores

Translate

Buscar este blog

miércoles, 8 de noviembre de 2017

PROCESO PARA APRENDER A NO SUFRIR...A VIVIR EN PAZ Y FELIZ...


 Aprender a no sufrir parece surgir más como un proceso, como un camino que como un objetivo. Es importante primero distinguir entre no sufrir y ser feliz. La felicidad es un escaloncito más porque requiere asimismo comprender profundamente la impermanencia de los eventos y desarrollar una profunda gratitud en base a ella. A la mayoría de nosotros nos han vendido una película terrible de cómo ser felices en base al esfuerzo, el trabajo duro, el éxito y la acumulación de riqueza. Un macabro plan para mantenernos trabajando en base a ideales vacíos con la promesa utópica que cuando tengamos todo eso seremos felices.
De alguna forma para no sufrir tenemos que cambiar nosotros y no pretender que lo exterior cambie. Sino el sufrimiento siempre va a estar ahí. No importa que tan famoso, exitoso, bello o adinerados seamos nuestros amigos podrán seguir traicionándonos, nuestra familia y la gente que queremos no estarán libres de la enfermedad ni la muerte, nuestra pareja podrá seguir engañándonos o lastimándonos o dejándonos por alguien más… Incluso nuestro auto se quedará atascando en el tránsito como el de todos los demás y elevador tardará lo mismo en llegar, los problemas aunque muchos nos digan lo contrario seguirán allí y esto es algo que debe ser comprendido.
Entonces la respuesta no puede estar en tratar de cambiar nuestro exterior sino la forma en como reaccionamos a él. Para no sufrir hay que aprender. Hay que cambiar la perspectiva y esto insume dejar de estar enojados porque la vida no es de la forma como nosotros quisiéramos que sea. Para dejar de sufrir tenemos que dejar el capricho y el capricho surge por no aceptar la realidad, no aceptar el presente. Tenemos una imagen de cómo debería ser el mundo y las personas y de cómo nos deberían pasar a nosotros las cosas (¡que somos tan especiales!) y como está imagen no coincide con la realidad entonces nos enojamos, nos encaprichamos, nos dividimos y ahí es donde surge el sufrimiento. Porque hay parte mía que quiere una cosa y parte mi quiere otra, parte mía que está en el ahora y parte mí que simplemente no le gusta lo que ve y prefiere estar “distraído” y dejar que todo pase hasta que un día la realidad y la imagen que ella nos muestra de nosotros mismos nos guste y nos permitamos aceptarla y empezar a vivir. Y es entonces donde vivimos tratando de acumular cosas para un futuro mejor… (Más dinero, más éxito, más respeto, más poder, más conocimiento… Más más más)¡Este es un terrible veneno! Porque ese momento nunca llega, he incluso si llega no pasará mucho tiempo para que las cosas cambien de nuevo y nos volvamos a encaprichar. Y así es como se pierde la vida, como se dejan pasar los años hasta que un día nos miramos el rostro al espejo y vemos a una persona vieja y agotada. Dejar de sufrir y aún más ser feliz requiere comprender que no hay nada más importante que el aquí y el ahora. Debemos dejar de estar encaprichados con la existencia y crecer como seres humanos. Entonces crezco y me doy cuenta que no era el mundo el que estaba errado el que estaba errado era yo. Y aquí surge un concepto que históricamente la sociedad nos ha enseñado como negativo que es el conformismo. ¡Quiero que seas un conformista!... Es más quiero que seas una conformista alegre. No quiero que seas conformista con tú dolor, quiero lo trasciendas pero si conformismo es aceptar la infinita belleza de la realidad y dejar de buscar espejitos de colores quiero que seas muy conformista. Si dejo el capricho, entonces el momento presente empieza a valer la pena, es más el momento presente empieza a verse hermoso y es cuando todo mi ser empieza a estar aquí y ahora. Entonces habrá armonía. Cuando acepto el presente, naturalmente no tengo que cambiar nada, deja de haber un enemigo con quien luchar. Entonces esa tormenta de ideas continua en nuestra cabeza se apaga y es cuando llega la armonía, cuando dejo de estar dividido. ¡Y no es sino está la línea entre dejar la vida pasar y empezar a vivirla!Toda la cuestión entonces surge por dejar el capricho y el capricho no es más que el inconformismo de nuestro ego porque las cosas no nos pasan de la forma especial que nosotros pensamos que nos deberían pasar. Para deshaceros del capricho sólo conozco dos caminos. El primero es simplemente cansarse de sufrir. Me canso de pegarme la cabeza contra la pared una y otra vez y me doy cuenta que todo lo que tengo es un regalo inmenso que me ha dado la existencia y que se desvanecerá en cualquier momento y no sólo aprendo a aceptarlo sino a estar profundamente agradecido por tenerlo.Las personas que se realizan de esta forma muchas veces son “afortunadas víctimas” de un profundo golpe, una cachetada que les hace abrir los ojos y que se manifiesta como un lago, intenso y continuo sufrimiento físico y emocional. Este tipo de sufrimiento intenso actual de dos formas. Por una parte su intensidad reprime el continuo flujo de pensamientos que generalmente atormentan nuestra mente, ayudándonos a generar armonía y por el otro nos quita todo lo que consideramos merecíamos. Y este es un cambio hermoso porque se nos quita todo lo que teníamos, todo lo que era “por derecho nuestro” y entonces viene la existencia y nos los regala de nuevo. Ella nos roba y cuando nos quedamos sin nada vuelve y nos obsequia lo perdido.Y este es un hermoso cambio de perspectiva porque la existencia entonces no se ve como alguien que quiere quitarnos algo, alguien que está en nuestra contra sino como quien nos ha dado tan precioso regalo. Entonces dejo de verme como una víctima y paso a verme como un ser profundamente afortunado y es aquí donde no sólo paramos de sufrir sino donde surge también una profunda y próspera felicidad enmarcada por una alegría de vivir inmensa. El otro camino es el camino de amor y surge generalmente como un proceso más paulatino de crecimiento. Poco a poco logro abrirme al amor en base al desarrollo de una sabiduría basada en mi propia experiencia en la que entiendo que si sufro es porque tengo algo que aprender hasta una instancia en la que logro amarme y amar al prójimo incondicionalmente. Ambos caminos son válidos y ambos nos llevan al mismo destino. Espero de corazón que mis palabras puedan ayudarte en el tuyo. Por último humildemente te recomiendo algunas técnicas y te dejo unos consejos finales que creo pueden serte de ayuda: Medita: No conozco método más efectivo que la meditación para conectarnos con lo que es y aprender a calmar nuestro flujo de pensamientos.Te recomiendo especialmente tres técnicas:  Meditaciones que calmen la mente y desarrollen nuestra conexión con el corazón. Meditaciones guiadas sobre la impermanencia y la gratitud (para favorecer la felicidad) Desarrolla sabiduría: Utiliza cada episodio de sufrimiento en tú vida para aprender la lección que hay detrás del y evitar de esta forma que vuelva a ocurrir. Vive una vida noble en armonía con tú entorno y con otros: Dañar a otros indefectiblemente te dañará a ti. Desarrolla disciplina para hacer todo lo anterior...Ishi.
Hay desastres tan horribles que en vez de hacernos llorar nos hacen perder la fe y pensar que la vida es una gran basura. Pero justo en esos momentos, es cuando mayor debe ser nuestra esperanza, porque estamos vivos y nada ni nadie podrá quitarnos nuestro mayor tesoro: nuestros sueños.
No estás solo/a, piensa que no eres lo que logras, eres lo que superas y que hay mucha gente pidiéndole a Dios por ti.
 En mis peores momentos, Dios es mi esperanza. En mi debilidad, Dios es mi fuerza. En mis tristezas, Dios es mi consuelo.
 Quizás pienses que hoy te encuentras en un camino oscuro, pero recuerda que hasta en el rincón más profundo del universo, siempre brillará una estrella para ti, solo confía...

Tarde o temprano las nubes grises se irán, el sol volverá a iluminar tu vida y tendrás que seguir luchando, no solo por ti, sino por los que te quieren, por esos para los que tú eres su sol.
Sonríe por mucho que hayas sufrido, camina aunque hayas caído, ama aunque te hayan herido, porque a pesar de todo, Dios siempre está contigo.

1 comentario: