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jueves, 13 de octubre de 2016

LECCIÓN DE VIDA DE UN PRESIDARIO PRIMERIZO...ESTA HISTORIA ES UNA ENSEÑANZA PARA QUIENES NO VALORAN LA LIBERTAD, LO QUE TIENEN Y LO QUE LES RODEA...


En una vida normal, alegre y sin malicia, estaría ansioso de salir, 
pero no necesariamente de una correccional, sino del país. 
Estábamos ansiosos, nerviosos con mi viaje a Kansas. Ahora, a 
la expectativa de cuando saldré de este encierro. Ya habíamos 
logrado sacar mi visa, pasaporte, I-20, y aquí, ya logramos sacar
 los bóxer y medias que no me cambiaba hace varios días. 
Ya sabíamos el nombre de la familia a donde iba a llegar, la 
familia Federico. Ahora ya sé cómo se llama mi abogado, Mario. 
Ya me había aprendido a donde iba a llegar, a Mid America 
Nazaret University, Olathe Kansas.
Aquí sólo sé que me encuentro sobre la 30 en un internamiento 
preventivo. Tenía miedo de comunicarme con las personas porque 
no hablaban mí mismo idioma, acá sigo no con miedo, sólo con 
un sentimiento inexplicable de ver como hablan de drogas, de 
homicidios y de cómo robarle a la gente. ¿Pero qué más da? Es 
y serán siempre las consecuencias de las malas personas,
llámense matones, atracadores, homicidas o en algún caso 
particular, extorsionistas. La avaricia me trajo aquí y sólo me 
dejo dolor. Aún recuerdo cuando me estaba despertando, 
vistiéndome, tomando el café de la mañana, ayudando a mis 
compañeros en inglés, luego diciéndole a mi mejor amiga...
 (si aún lo es), que me acompañara a recoger un paquete, y 
luego me encuentro rodeado de policías, diciéndome que 
tenía derecho a permanecer callado y que todo lo que dijera 
podía ser usado en mi contra. Ah! Y que tenía derecho a
tener un abogado o sino el estado me asignaría uno.
Algo que nunca esperaba escuchar para mí, sino sólo en 
televisión. Tenía curiosidad de cómo era la vida Americana,
si eran ordenados, estrictos, a qué horas se dormían. Pero 
acá aprendí como Vivían personas con las que nunca creí 
estar. Aprendí a usar la ropa, la misma ropa durante varias 
semanas. Algo que no solía hacer gracias a los dos closet
llenos de ropa que no valoraba. Solía pelear porque no me 
compraban shampoos de marca, pero bueno, aquí aprendí 
a usar la misma espuma del cuerpo para la cabeza, y tener 
marca de shampoo no existente. 

Algo insignificante para muchos, pero que ahora valoro, es 
moverme, destaparme, despertarme y pararme las veces que
quería en mi gran cama doble y cómoda con cobijas de
familia. Acá, tengo una cobija, y no puedo moverme o pararme 
porque despierto a los demás o el vigilante nocturno me 
alumbra con su linterna. Increíble como la vida puede 
cambiar en un momento, pero es cuando aprendemos a valorar 
todo lo que en algún momento era insignificante para nosotros. 
Nunca había pasado más de una noche fuera de mi casa, y menos, 
lejos de mis padres. Pero acá ya llevo 2 meses y 19 días sin poder 
estar junto a mi familia. Regalan 4 horas con la familia los días 
domingo, tiempo insuficiente y tiempo que se pasa rápido. 
Momento donde me odio por haber preferido estar metido frente 
a una pantalla de computador, a compartir con mi familia.
Cuánto tiempo desperdiciado viendo basura de redes sociales 
a estar compartiendo con mis padres. Sólo espero salir de acá 
para sentarme y pasarme horas hablando con mi familia. 
Ahora entiendo lo que dicen de que la tecnología y las redes 
sociales han separado a las familias. 

Pero antes de que está carta se convierta en una queja o sólo 
critica a lo que estoy viviendo, pasemos a hablar de las grandes 
y buenas cosas que esto me ha enseñado. Yo era una persona 
que a toda la gente y a todo lo que me rodeaba, le encontraba 
un defecto.
Y ahora ¿qué puedo decir al estar comiendo y durmiendo al lado
de un muchacho que ha matado a más jóvenes? En la vida no 
odemos andar creyéndonos más que alguien o andar criticando 
las cosas.
Es cierto que algunos tienen más cosas que otros, o que mientras 
unos comen mariscos otros están robando parar drogarse y no
sentir hambre. Pero si algo no debemos olvidar, es que lo mucho, 
lo poco, lo bastante que tenemos, es gracias a Dios. Es por Dios
que tienes unos padres, es por Dios que tienes que comer, donde 
vivir, donde dormir, es por el amor de Dios que una ruta te recoge 
o tu papá te lleva a un colegio. Todo lo que somos tiene nombre: 
Dios. Créanme que está es una experiencia que no se la deseo ni 
a mi peor enemigo, por el cual he aprendido a orar. Para nadie es 
un secreto que Dios ha sido la única fortaleza y fuente de vida aquí 
adentro para mí.

Pues, sencillamente fue él quien no permitió que acabara con mi 
vida el día que llegue aquí. Soy un joven que está aprendiendo a 
defenderse sólo y al verme en una situación así, en algún momento
pensé que la única solución era matarme y así acabaría todo. Pero 
ahora me doy cuenta de lo estúpido que era hace algunos meses.
Ahora sólo quiero que personas que están pasando por la misma 
situación o que creen que todo acaba con quitarse la vida, 
comprendan que hay alguien cuidando de ellos y que está 
dispuesto a mover cielo y tierra por ellos, Dios.

Retomando el tema, he aprendido que debemos amarnos los unos 
a los otros y bendecir a los que nos maldicen, dice la palabra de Dios.
Pues, que mentirosos seriamos al decir que amamos a Dios, a 
quien no podemos ver, y al mismo tiempo odiar a quien si podemos 
ver. 
Muchas son las cosas que he aprendido a valorar aquí adentro, o 
¿quién no prefiere la comida de su mamá a comida extraña?... En 
casa, podía decir que no quería algo o que estaba caliente. Aquí, te 
o comes o te quejas del hambre y te lo comes caliente o no 
alcanzas porque sigue el otro grupo. A nuestras madres podemos 
decirle ‘’5 minutos más’’ o ‘’ya voy’’, aquí a las 6 de la mañana 
prenden la luz y el ultimo que llegue a la fila, lava los traperos. 
Cuantos no se bañan con agüita caliente y nos demoramos el 
tiempo que quisiéramos. 
Aquí, te bañas con el hielo sin derecho a demorarte porque 
hay fila de 30 jóvenes esperando por el baño.
A voluntad de nosotros a media noche podíamos pararnos si 
teníamos sed por jugo o leche. ¿Acá? No. O si es mucha la sed, 
párate sin caerte en la oscuridad y toma agua de la llave que 
huele a todo menos a rico. Te pegabas, te cortabas, te dolía 
algo y a la primera persona que acudíamos era a... mamá. 
Acá, mira a ver cómo te defiendes y si es mucha la urgencia 
espera que venga el médico quien logrará intimidarte 
haciéndote preguntas que sólo mamá solía contestar. 
No es un mal lugar, aunque en cada parte suene como queja, 
no es así. Como muchos lo dicen aquí, esto es un paraíso a 
comparación de otros lugares donde tienes que pagar por 
comida y regalar tus cosas antes de que te las quiten a golpes.
Es sólo que para cualquiera sería difícil cambiar de un momento 
a otro su estilo de vida, más encima soportar estar lejos de 
amigos, conocidos y aún más, familia. Doy gracias a Dios por 
esto que paso a mi vida. Si Dios me mostrara lo valioso que 
saldría después de este proceso, no dudaría en tomarlo de 
nuevo, claro está, sin hacer lo que hice para estar acá. 

Valoro aun lo que para muchos sonó como queja, porque 
soy consciente que aun así, soy más privilegiado que otras 
personas que desearían tener la ayuda y el apoyo de alguien, 
y tener en sí, esa agua y esa comida. Es cierto que quiero salir,
pero doy gracias por el tiempo que estaré aquí y con el cual 
aprenderé a ser mejor persona.
Muchas enseñanzas sacare de aquí, ¡muchas! Pero ahora quiero 
darme una última oportunidad de vida, afuera. Gracias a Dios 
primeramente por esta lección de vida, y gracias a mi familia 
por nunca dejarme sólo. Ahora sólo le pido y ruego a Dios que 
me dé la oportunidad de salir y mostrarle la nueva persona que 
soy. Anhelo que llegue el día de mi audiencia. Y oír que merezco 
un principio de oportunidad, en vez de oír que soy un peligro 
para la sociedad. Si en algún momento tengo la oportunidad de 
salir de acá y mostrarles esto, espero que sirva de testimonio 
para muchos. La plata no lo es todo en la vida, y menos es vida, 
vivir sin tener a Dios en nuestros corazones.
A quienes lean o escuchen esto, les digo: -Valoren lo mucho o 
poco que tienen. Sean agradecidos primeramente con Dios y 
con sus padres, y no esperen que estén pasando por una 
situación así o peor para hacerlo. Porque lo mío pasa y tiene 
solución, pero no a todos nos toca la misma prueba. 
Gracias por dedicar su tiempo libre en un escrito privado de 
la libertad. Si de algo sirve: nunca miren porque pasó, sino 
para qué pasó. La voluntad de dios siempre es buena, 
agradable y perfecta.
Bendiciones…

¿Qué pasaría si de un momento a otro tu vida da un cambio 
total?... ¿Qué pasaría si te duermes en tu casa y despiertas 
en una prisión?... Este escrito intenta hacer que las personas 
valoren lo mucho o poco que tienen.

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