En una vida normal, alegre y sin malicia, estaría ansioso de salir,
pero no necesariamente de una correccional, sino del país.
Estábamos ansiosos, nerviosos con mi viaje a Kansas. Ahora, a
la expectativa de cuando saldré de este encierro. Ya habíamos
logrado sacar mi visa, pasaporte, I-20, y aquí, ya logramos sacar
los bóxer y medias que no me cambiaba hace varios días.
Ya sabíamos el nombre de la familia a donde iba a llegar, la
familia Federico. Ahora ya sé cómo se llama mi abogado, Mario.
Ya me había aprendido a donde iba a llegar, a Mid America
Nazaret University, Olathe Kansas.
Aquí sólo sé que me encuentro sobre la 30 en un internamiento
preventivo. Tenía miedo de comunicarme con las personas porque
no hablaban mí mismo idioma, acá sigo no con miedo, sólo con
un sentimiento inexplicable de ver como hablan de drogas, de
homicidios y de cómo robarle a la gente. ¿Pero qué más da? Es
y serán siempre las consecuencias de las malas personas,
llámense matones, atracadores, homicidas o en algún caso
particular, extorsionistas. La avaricia me trajo aquí y sólo me
dejo dolor. Aún recuerdo cuando me estaba despertando,
vistiéndome, tomando el café de la mañana, ayudando a mis
compañeros en inglés, luego diciéndole a mi mejor amiga...
(si aún lo es), que me acompañara a recoger un paquete, y
luego me encuentro rodeado de policías, diciéndome que
tenía derecho a permanecer callado y que todo lo que dijera
podía ser usado en mi contra. Ah! Y que tenía derecho a
tener un abogado o sino el estado me asignaría uno.
Algo que nunca esperaba escuchar para mí, sino sólo en
televisión. Tenía curiosidad de cómo era la vida Americana,
si eran ordenados, estrictos, a qué horas se dormían. Pero
acá aprendí como Vivían personas con las que nunca creí
estar. Aprendí a usar la ropa, la misma ropa durante varias
semanas. Algo que no solía hacer gracias a los dos closet
llenos de ropa que no valoraba. Solía pelear porque no me
compraban shampoos de marca, pero bueno, aquí aprendí
a usar la misma espuma del cuerpo para la cabeza, y tener
marca de shampoo no existente.
Algo insignificante para muchos, pero que ahora valoro, es
moverme, destaparme, despertarme y pararme las veces que
quería en mi gran cama doble y cómoda con cobijas de
familia. Acá, tengo una cobija, y no puedo moverme o pararme
porque despierto a los demás o el vigilante nocturno me
alumbra con su linterna. Increíble como la vida puede
cambiar en un momento, pero es cuando aprendemos a valorar
todo lo que en algún momento era insignificante para nosotros.
Nunca había pasado más de una noche fuera de mi casa, y menos,
lejos de mis padres. Pero acá ya llevo 2 meses y 19 días sin poder
estar junto a mi familia. Regalan 4 horas con la familia los días
domingo, tiempo insuficiente y tiempo que se pasa rápido.
Momento donde me odio por haber preferido estar metido frente
a una pantalla de computador, a compartir con mi familia.
Cuánto tiempo desperdiciado viendo basura de redes sociales
a estar compartiendo con mis padres. Sólo espero salir de acá
para sentarme y pasarme horas hablando con mi familia.
Ahora entiendo lo que dicen de que la tecnología y las redes
sociales han separado a las familias.
Pero antes de que está carta se convierta en una queja o sólo
critica a lo que estoy viviendo, pasemos a hablar de las grandes
y buenas cosas que esto me ha enseñado. Yo era una persona
que a toda la gente y a todo lo que me rodeaba, le encontraba
un defecto.
Y ahora ¿qué puedo decir al estar comiendo y durmiendo al lado
de un muchacho que ha matado a más jóvenes? En la vida no
odemos andar creyéndonos más que alguien o andar criticando
las cosas.
Es cierto que algunos tienen más cosas que otros, o que mientras
unos comen mariscos otros están robando parar drogarse y no
sentir hambre. Pero si algo no debemos olvidar, es que lo mucho,
lo poco, lo bastante que tenemos, es gracias a Dios. Es por Dios
que tienes unos padres, es por Dios que tienes que comer, donde
vivir, donde dormir, es por el amor de Dios que una ruta te recoge
o tu papá te lleva a un colegio. Todo lo que somos tiene nombre:
Dios. Créanme que está es una experiencia que no se la deseo ni
a mi peor enemigo, por el cual he aprendido a orar. Para nadie es
un secreto que Dios ha sido la única fortaleza y fuente de vida aquí
adentro para mí.
Pues, sencillamente fue él quien no permitió que acabara con mi
vida el día que llegue aquí. Soy un joven que está aprendiendo a
defenderse sólo y al verme en una situación así, en algún momento
pensé que la única solución era matarme y así acabaría todo. Pero
ahora me doy cuenta de lo estúpido que era hace algunos meses.
Ahora sólo quiero que personas que están pasando por la misma
situación o que creen que todo acaba con quitarse la vida,
comprendan que hay alguien cuidando de ellos y que está
dispuesto a mover cielo y tierra por ellos, Dios.
Retomando el tema, he aprendido que debemos amarnos los unos
a los otros y bendecir a los que nos maldicen, dice la palabra de Dios.
Pues, que mentirosos seriamos al decir que amamos a Dios, a
quien no podemos ver, y al mismo tiempo odiar a quien si podemos
ver.
Muchas son las cosas que he aprendido a valorar aquí adentro, o
¿quién no prefiere la comida de su mamá a comida extraña?... En
casa, podía decir que no quería algo o que estaba caliente. Aquí, te
o comes o te quejas del hambre y te lo comes caliente o no
alcanzas porque sigue el otro grupo. A nuestras madres podemos
decirle ‘’5 minutos más’’ o ‘’ya voy’’, aquí a las 6 de la mañana
prenden la luz y el ultimo que llegue a la fila, lava los traperos.
Cuantos no se bañan con agüita caliente y nos demoramos el
tiempo que quisiéramos.
Aquí, te bañas con el hielo sin derecho a demorarte porque
hay fila de 30 jóvenes esperando por el baño.
A voluntad de nosotros a media noche podíamos pararnos si
teníamos sed por jugo o leche. ¿Acá? No. O si es mucha la sed,
párate sin caerte en la oscuridad y toma agua de la llave que
huele a todo menos a rico. Te pegabas, te cortabas, te dolía
algo y a la primera persona que acudíamos era a... mamá.
Acá, mira a ver cómo te defiendes y si es mucha la urgencia
espera que venga el médico quien logrará intimidarte
haciéndote preguntas que sólo mamá solía contestar.
No es un mal lugar, aunque en cada parte suene como queja,
no es así. Como muchos lo dicen aquí, esto es un paraíso a
comparación de otros lugares donde tienes que pagar por
comida y regalar tus cosas antes de que te las quiten a golpes.
Es sólo que para cualquiera sería difícil cambiar de un momento
a otro su estilo de vida, más encima soportar estar lejos de
amigos, conocidos y aún más, familia. Doy gracias a Dios por
esto que paso a mi vida. Si Dios me mostrara lo valioso que
saldría después de este proceso, no dudaría en tomarlo de
nuevo, claro está, sin hacer lo que hice para estar acá.
Valoro aun lo que para muchos sonó como queja, porque
soy consciente que aun así, soy más privilegiado que otras
personas que desearían tener la ayuda y el apoyo de alguien,
y tener en sí, esa agua y esa comida. Es cierto que quiero salir,
pero doy gracias por el tiempo que estaré aquí y con el cual
aprenderé a ser mejor persona.
Muchas enseñanzas sacare de aquí, ¡muchas! Pero ahora quiero
darme una última oportunidad de vida, afuera. Gracias a Dios
primeramente por esta lección de vida, y gracias a mi familia
por nunca dejarme sólo. Ahora sólo le pido y ruego a Dios que
me dé la oportunidad de salir y mostrarle la nueva persona que
soy. Anhelo que llegue el día de mi audiencia. Y oír que merezco
un principio de oportunidad, en vez de oír que soy un peligro
para la sociedad. Si en algún momento tengo la oportunidad de
salir de acá y mostrarles esto, espero que sirva de testimonio
para muchos. La plata no lo es todo en la vida, y menos es vida,
vivir sin tener a Dios en nuestros corazones.
A quienes lean o escuchen esto, les digo: -Valoren lo mucho o
poco que tienen. Sean agradecidos primeramente con Dios y
con sus padres, y no esperen que estén pasando por una
situación así o peor para hacerlo. Porque lo mío pasa y tiene
solución, pero no a todos nos toca la misma prueba.
Gracias por dedicar su tiempo libre en un escrito privado de
la libertad. Si de algo sirve: nunca miren porque pasó, sino
para qué pasó. La voluntad de dios siempre es buena,
agradable y perfecta.
Bendiciones…
¿Qué pasaría si de un momento a otro tu vida da un cambio
total?... ¿Qué pasaría si te duermes en tu casa y despiertas
en una prisión?... Este escrito intenta hacer que las personas
valoren lo mucho o poco que tienen.
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