Si cada persona viniera con un “manual de nuevo producto” y un “número 800” para llamar cuando tuviera dificultades, podríamos saber cuándo desempeñarnos a nuestro máximo potencial.
De hecho, todas las personas vienen con tal “sistema de señales”. En cada persona, las emociones actúan como “señales”, que le dicen la información que necesita saber, en un momento determinado, para hacer cambios y para saber qué acción emprender.
Por desgracia, para cuando la mayoría de las personas alcanzan la edad adulta, ya perdieron la capacidad de utilizar sus emociones.
Por ejemplo, se puede obligar a un niño a decir “lo siento”, además de castigarlo, avergonzarlo o darle un sermón. Así se aprende a mentir sobre los verdaderos sentimientos. Si los niños aprenden que sus verdaderos sentimientos no son aceptables y no deben compartirlos, practicarán ignorarlos o negar los verdaderos sentimientos.
Así, el “sistema de señales” para navegar nuestra vida se liquida repetidamente, hasta que se piensa que deja de existir.
Cuando se pierde el sistema de señales, se tiende a la violencia, a las relaciones dañadas y a las adicciones. Para vivir con plenitud y eficacia es necesario descubrir de nuevo las emociones, leer y dirigirse a las señales que ofrecen.
Las emociones subyacen en todo. Un vendedor que se siente positivo y entusiasta vende más; los empleados que desean hacer cambios aceptan los nuevos procedimientos mejor que aquellos que se consideran víctimas.
Cambiar la base para vivir la vida, de una estrictamente intelectual a otra emocional, hacia una forma de vida a largo plazo que equilibre el intelecto y la emoción, requiere el mismo tipo de tiempo y deseo que cambiar a una nueva tecnología empresarial.
Para hacer tal cambio, es necesario comprender la naturaleza de la emoción. Las emociones son las formas que toma la energía psicológica interna de cada persona. Por que la propia energía personal toma la forma de ira, lástima o celos en lugar de entusiasmo, poder personal o creatividad tiene mucho que ver con lo que se aprendió cuando era niño.
Conocer la señal de cada emoción permite a las personas utilizar tal emoción para su propio beneficio.Para hacer tal cambio, es necesario comprender la naturaleza de la emoción. Las emociones son las formas que toma la energía psicológica interna de cada persona. Por que la propia energía personal toma la forma de ira, lástima o celos en lugar de entusiasmo, poder personal o creatividad tiene mucho que ver con lo que se aprendió cuando era niño.
Por ejemplo, si alguien siente celos cuando su compañero es promovido a vicepresidente, podría utilizar ese sentimiento como una señal para el crecimiento, moviéndose para crear las condiciones para su propia promoción.
O, si alguien encuentra una persona cuya actitud le enfurece, podría hablar con ella y pedirle consideración y una acción alterna.
Al actuar como señal, cada emoción brinda un mensaje distinto: el miedo dice “cuidado”, el amor dice “acércate más, los celos dicen “alguien tiene lago que no puedo tener”, la ira dice: “las cosas no son como debieran” y la culpa dice “estoy furioso y no tengo derecho a estarlo”.
Cambiar la base para vivir la vida, de una estrictamente intelectual a otra emocional, hacia una forma de vida a largo plazo que equilibre el intelecto y la emoción, requiere el mismo tipo de tiempo y deseo que cambiar a una nueva tecnología empresarial.
Para hacer tal cambio, es necesario comprender la naturaleza de la emoción. Las emociones son las formas que toma la energía psicológica interna de cada persona. Por que la propia energía personal toma la forma de ira, lástima o celos en lugar de entusiasmo, poder personal o creatividad tiene mucho que ver con lo que se aprendió cuando era niño.
Al actuar como señal, cada emoción brinda un mensaje distinto: el miedo dice “cuidado”, el amor dice “acércate más, los celos dicen “alguien tiene lago que no puedo tener”, la ira dice: “las cosas no son como debieran” y la culpa dice “estoy furioso y no tengo derecho a estarlo”.
Conocer la señal de cada emoción permite a las personas utilizar tal emoción para su propio beneficio.
Por ejemplo, si alguien siente celos cuando su compañero es promovido a vicepresidente, podría utilizar ese sentimiento como una señal para el crecimiento, moviéndose para crear las condiciones para su propia promoción.
O, si alguien encuentra una persona cuya actitud le enfurece, podría hablar con ella y pedirle consideración y una acción alterna.
La excelencia y la alta autoestima van de la mano. Las personas inteligentes desde el punto de vista emocional abordan de manera automática la honestidad, tienen integridad, actúan con responsabilidad y espontaneidad.
Al incorporar estos bloques de construcción de la autoestima en la vida cotidiana, abundan la excelencia y la alegría.
DIOS TE AMA, TE DA PROTECCIÓN, TE AYUDA EN LOS MOMENTOS DIFÍCILES,TE LLENA DE PAZ Y BENDICIONES.
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